El Primer Dinosaurio Venezolano
Por Marco Hernandez
“Esta publicación participa en el X Carnaval de Geología alojado por Biblioteca de Investigaciones”
Un grupo de paleontólogos de Suiza y del Reino Unido ha descubierto una nueva especie de dinosaurio herbívoro que vivió en lo que hoy es Venezuela durante el Jurásico, hace aproximadamente 200 millones de años lo cual lo hace el primer dinosaurio venezolano. El dinosaurio recién descubierto, denominado ‘Laquintasaura venezuelae’, pertenece al orden de los Ornitisquios, conocidos como los dinosaurios de cadera de ave, que incluye especies como el ‘Stegosaurus’ y el ‘Iguanodon’. Se trata del primer dinosaurio hallado en el norte de América del Sur. Hasta ahora los paleontólogos habían considerado que la región nunca fue habitada por dinosaurios, ya que estaba rodeada de grandes desiertos. Los fósiles de al menos cuatro especímenes fueron recuperados en la Formación La Quinta, en los Andes venezolanos. La especie era del tamaño de un perro pequeño, de un metro de longitud, y caminaba sobre dos patas traseras.
“Laquintasaura venezuelae” vivió en pequeños grupos, lo que indica conducta social en esa especie. Los científicos creen que estos dinosaurios eran principalmente herbívoros, pero se observan puntas largas y curvas en algunos dientes, algo que sugiere que probablemente se alimentaran también de insectos. “Es fascinante e inesperado descubrir que vivían en manadas”, dijo el científico Paul Barrett, del Museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido, el primer autor de un artículo al respecto publicado en la revista “Proceedings of the Royal Society B”. Por su parte, el profesor Marcelo Sánchez-Villagra, de la Universidad de Zürich, afirmó que “la historia temprana de los dinosaurios de cadera de ave es todavía muy irregular, ya que hasta el momento se han encontrado muy pocos”.
“Esta especie tiene un papel fundamental en nuestra comprensión de la evolución, no solo de este grupo, sino de los dinosaurios en general”, concluyó.
Para tener acceso a la publicación original: https://rspb.royalsocietypublishing.org/content/281/1791/20141147
Geología de la Fm. La Quinta
La Formación La Quinta consta de tres intervalos en su sección tipo: uno inferior, compuesto por una capa de toba vítrea de color violáceo, de aproximadamente 150 m de espesor; uno medio, consistente de una secuencia interestratificada de toba, arenisca gruesa y conglomerática, limolita y algunas capas delgadas de caliza, de color verde, blanquesino, gris o violáceo (espesor aproximado: 840 m); y un intervalo superior, formado por limolita y arenisca, intercaladas con algún material tobáceo, de color rojo ladrillo y marrón chocolate, de aproximadamente 620 m de espesor. La cantidad de rocas piroclásticas en la Formación La Quinta, decrece de suroeste a noreste en los andes de Mérida; en el estado Trujillo, En la sierra de Perijá, la Formación La Quinta en la quebrada La Ge, donde se divide en tres intervalos: uno inferior (700-800 m, aproximadamente la mitad de la secuencia total), consistente de arcosa marrón a roja oscura, fina a mediana, con pocas intercalaciones volcánicas, y la cual contiene fragmentos vegetales y de carbón; una zona de transición (aproxidamente 100 m), la cual se compone de capas de basalto-andesita (a más de 20 m de espesor), conglomerado tobáceo, y arcosa verde, mediana a gruesa, con intercalaciones de arcosa marrón a rojo oscuro, y lutita roja a negra (rara vez verde) fosilíferas; y un intervalo superior (700-800 m), con rocas de grano más grueso (localmente conglomerado de cantos), consistente principalmente de arcosa roja oscura a marrón oscura, de grano grueso, y capas finas de ceniza félsica roja a rosada. El contenido de rocas volcánicas decrece de norte (donde predominan en la formación) a sur (hasta menos de la tercera parte del total). En base en las estructuras sedimentarias, litología y distribución de las rocas piroclásticas, se puede postular que la secuencia de limolitas de la formación La Quinta, se originó en una planicie aluvial. En los intervalos inferior y medio, la presencia de toba y conglomerado, indica levantamiento tectónico, un aumento en el gradiente, y una deposición de sedimentos mixtos (gruesos y finos), bajo un clima árido o semiárido. El cambio de color entre el intervalo medio (verde, gris, violeta) y el superior (marrón chocolate), se debe a la abundancia de toba en el primero. Se ha postulado que la deposición de lavas, desorganizó el drenaje y produjo condiciones de laguna o pantano locales, en las cuales existían condiciones reductoras y una deposición local calcárea. Cuando cesó la actividad volcánica, se restableció el drenaje y se depositó la secuencia de capas rojas superiores. Autores han informado sobre ocurrencias de mineralizaciones de cobre (azurita. malaquita, cuprita, crisocola y, posiblemente, antlerita) en la zona de Seboruco, estado Táchira, asociadas con la Formación La Quinta.